El Chíllar es un río corto (17kms. de los cuales sólo 8kms.
son recorribles) que nace en la Sierra Almijara y discurre principalmente por
el término de Nerja. Puedes leer más datos de interés en su entrada en la Wikipedia, con textos extraídos de libroPaisaje y Educación II, del vecino “Piedra” Miguel Bueno.
En el pueblo era conocido por ser la única posibilidad
lúdica de contacto con el agua fuera de la playa. Además, la vieja cascada
siempre era un atractivo en los años rebeldes de la juventud (ahí lo dejo).
Creo recordar que fue a mediados de los noventa cuándo, primero El País y luego
otros medios, empezaron a publicitar su belleza, tanto la del recorrido “abierto”
como la de sus cahorros.
Desde entonces, el Chíllar comparte titulares entre
promoción turística y denuncia ecológica. Como en tantos otros temas, no
sabemos valorar lo que tenemos (o visitamos) y cargamos de basura y vandalismo
(pintadas, roturas, etc.) allí por donde vamos:
Desde hace tiempo, los vecinos estamos pidiendo que se tomen
medidas. Hasta ahora las distintas administraciones (Junta, Diputación,
Ayuntamiento, dirección del Parque Natural y C. Hidrográfica del Sur) se han estado
haciendo los remolones. Haga lo que se haga, necesita de un presupuesto
medio-alto. El recorrido, principalmente por el cauce del río, es de difícil
acceso por los servicios de emergencia, de vigilancia y de limpieza.
El tema tendrá muchas posibles soluciones. Me consta que se
están trabajando algunas (y espero que sean las que menos afecten al ya muy
estropeado entorno), pero no me voy a resistir a dar una propuesta.
Ésta se basa en situar un stand temporal (tipo
remolque o autocaravana) en la base de la antigua cantera. Allí terminan los
carriles para vehículos (y sube uno para Frigiliana). Este stand sería un
puesto de información (sin llegar a ser un centro de interpretación) sobre el
río y su entorno, un punto de educación ambiental y un primer puesto de socorro
y alerta (no hay cobertura en la mayor parte del recorrido senderista). Ya, si
se incluye un aseo limpio, sería perfecto.
Desde aquí se podría informar del número aproximado de
visitantes ese día, de si hay avisos especiales por tormenta y otros, de cuándo
se va la luz natural y de los peligros de beber mucho agua del río sin depurar.
Asimismo, desde el stand se informaría inmediatamente de incidentes a la
policía local.
Habría que estudiar el nivel de autoridad de quienes estén
en ese stand. ¿Podrían “cerrar” el acceso cuándo se sobrepasara el límite
ecológico de visitas al día? Dado que las visitas generan unos gastos
(limpieza, servicios, etc.) ¿Se cobraría un precio a los senderistas que
quisieran hacer el recorrido? ¿Cómo podrían responder en el caso de sufrir
violencia por turistas descontentos?
En cualquier caso, sería una actuación que requeriría una
inversión (y veríamos cómo ponerse de acuerdo para afrontarla). Lo más cómodo
para las distintas administraciones sería que se llevara a cabo por voluntarios
de una asociación ecologista (y “recompensarlo” con subvenciones) pero le veo
muchos inconvenientes en el tema legal.
Sin una presencia continua de una autoridad allí, veo muy
difícil que se reconduzca el comportamiento de algunos visitantes. Incluso con
esta presencia, tampoco se evitarían muchos de los atropellos que sufre el
cauce medio y alto. Pero si creo que sería un gran primer paso.
Como anexo, añado que si bien el río y cauce hidrológico es
gestionado por la Confederación Hidrográfica del Sur, éste pertenece al Parque
Natural de las sierras de Almijara, Tejeda y Alhama. Éstas son las
administraciones con mayor responsabilidad. Y fuera de los carriles de acceso,
la policía local tiene poca autoridad. Es el cuerpo de la Guardia Civil la que
actúa según se le reclame. Mientras no haya unas normas de uso bien definidas,
es difícil actuar firmemente en el tema.
Por otra parte, cobrar un peaje y limitar el acceso no
evitaría que quienes entraran siguieran comportándose como salvajes. ¿Y el
acceso a la Naturaleza debe ser de pago? –otro tema para debatir. En el debate
surgieron los ejemplos de otros sitios que no son comparable (Río Verde, Cueva
del Gato, etc.), en cuanto que están reservados a grupos con monitor o son
usados, principalmente, por deportistas federados.
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