El luto va por dentro - Breve

Me encanta ver mujeres mayores "haciendo una vida normal".

Cuando era pequeño, era habitual que la vida social de las mujeres se acabara sobre los 50 años. En una sociedad (y más en un pueblo) dónde lo que se dijera de ti en la calle representaba gran parte de tu reputación, resultaba cotidiano que las mujeres hicieran uno, dos, cuatro y hasta ocho años de luto riguroso según perdieran un pariente más o menos cercano. No así en el caso de los hombres, los cuales con una cinta negra al brazo, se consideraba bastante.
Debido a las condiciones de vida y salud, tuve algunas vecinas que no llegué a conocer con otra ropa que no fuera el negro riguroso.

Hoy, demandando muchos otros derechos necesarios, las mujeres han superado ya esta lacra. A los parientes y conocidos difuntos se les echa de menos, pero el luto va por dentro.

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